✈️ Qué sí y qué no en un vuelo largo
- colordetualma
 - 11 jun
 - 3 Min. de lectura
 
La guía de etiqueta (no escrita) para viajar con estilo, comodidad y respeto.
¿Maleta lista? ¿Outfit listo? Perfecto.
Pero más allá de lo que llevas puesto, hay algo igual de importante en un vuelo largo: cómo te comportas.

Pasar 8, 10 o incluso 15 horas compartiendo espacio reducido con desconocidos es casi como un experimento social.
Y aunque nadie lo dice abiertamente, hay una etiqueta que marca la diferencia entre una pasajera incómoda… y una mujer elegante, considerada y segura de sí misma.
Aquí te comparto las claves de etiqueta para vuelos long-haul que te harán sentir más cómoda, más respetada y, por qué no, también más estilosa:
🎒 1. Menos es más: elige bien tu equipaje de mano
Evita subir al avión con tres bolsas colgando. Un bolso grande o mochila y una maleta de cabina organizada son más que suficientes.
Y por favor: si tu equipaje no cabe fácilmente en el compartimento superior, pide ayuda a la tripulación.
🧥 2. Viste con intención (y con respeto)
La comodidad no está peleada con el estilo.
Opta por capas: un pantalón de algodón, camiseta o suéter ligero, y una bufanda o pashmina amplia. Yo suelo acompañar estas prendas súper cómodas con un blazer que no se arrugue, para darle un toque más elegante sin perder comodidad. También viajo con el pelo recogido y pulido; después de varias horas, dormir y demás… si no lo hago así, termino pareciendo una loca.
Evita pijamas, ropa con transparencias, tirantes muy delgados o prendas que parezcan “de casa”. Lo mismo con piezas aparatosas como sombreros grandes o abrigos muy voluminosos: guárdalos en el compartimento o bajo el asiento.
No es una pasarela, pero tampoco es tu sofá.
👣 3. No te descalces… al menos, no del todo
Relajarte, sí. Caminar descalza por el avión… por favor, no.
Me pasó una vez en un vuelo a Egipto: mi vecino —un señor mayor y corpulento— se quitó los zapatos. Sus pies olían mal y tenía las uñas largas y sucias. Fueron cinco horas muy largas.
Si te quieres descalzar, opta por calcetines limpios o pantuflas plegables. Algunas aerolíneas incluso las ofrecen. Pero nunca vayas al baño sin zapatos.
Y como tip extra, los calcetines o medias de compresión son tus mejores aliados para no llegar hinchada. En mi último viaje no los usé y sufrí días enteros: mis sandalias parecían explotar.
🎧 4. Cuida el volumen (en todo)
Audifonos (auriculares) sí, altavoz no. Aunque sea el ipad de tu hija, simplemente NO.
Películas, podcasts y música van siempre con audífonos.
Y si vas a hablar con tu acompañante o con quien sea, hazlo en tono bajo.
😴 5. Respeta el espacio común
No reclines tu asiento de golpe. Si vas a dormir, hazlo sin invadir el espacio de los demás. Tampoco recargues tus piernas en el asiento de adelante, el pasajero que ocupa ese espacio lo notará, te lo aseguro, y es muy desagradable.
Y por supuesto, nada de invadir con tus cosas otros asientos. Tú tienes tu espacio delimitado, respétalo.
💄 6. Higiene personal: sí, rutina completa: no
Unas toallitas, bálsamo labial, cepillo de dientes o crema de manos, bien. Pero tu asiento no es un spa.
Nada de pintarte las uñas o ir todo el vuelo con mascarillas de pepino. No todos comparten tus gustos… ni tu tolerancia a ciertos olores.
Algunos de mis básicos para vuelos largos:
Levantarme a caminar cada pocas horas.
Gotas para los ojos cada 2–3 horas.
Agua termal de Avène cuando siento tirantez.
Bálsamo labial y crema de manos.
Si no hago estas cosas, lo pago después.
🧡 7. Cuida tu energía (y tu actitud)
Viajar puede ser estresante, pero tu elegancia también se nota en cómo manejas el cansancio y los imprevistos.
Sé amable con la tripulación, sonríe a tu vecino, y si puedes, ofrece cambiar de asiento si alguien lo necesita. En mi último vuelo, mi marido tenía asignado un asiento en otra fila, y el pasajero junto a mí —que viajaba solo— se negó a intercambiarlo para que pudiéramos viajar juntos en familia. No era su obligación, claro, pero fue un gesto poco empático… especialmente considerando que su asiento estaba en una fila completa, al lado de mi hija de seis años.
Al final, mi marido terminó con un asiento vacío a su lado durante 12 horas —que bien podría haber aprovechado nuestro compañero de fila. En fin.
Una buena actitud también es parte de tu imagen —y se nota más de lo que crees.
Conclusión:
Viajar con estilo no solo se trata de qué llevas puesto, sino de cómo te comportas y haces sentir a los demás.
Recuerda: dejas huella —incluso a 10,000 metros de altura.
.png)



Comentarios